Estudio parcial de la Metrópolis y las Vanguardias por Laura Alonso
¿Qué tienen en común el pintor italo-griego Giorgio De Chirico (1888-1978) y el fotógrafo francés Eugène Atget (1857-1927)?
En la pintura de De Chirico que aquí se observa (Mobiliario en el Valle) observamos un conjunto de muebles apilados sobre un pavimento ubicados en un paisaje con montañas de fondo. La pintura es la representación de un extrañamiento. Objetos colocados en un lugar que en apariencia no es su lugar “natural” (entendiendo lo natural como lo que opera de forma lógica y es “razonablemente” esperado). Pero estos objetos son, además, mercancías, productos manufacturados que se obtienen por medio de un intercambio económico y que uno adquiere para que cumplan una función “lógica” (los sillones son para sentarse, el ropero para guardar ropa). Estos objetos, de aparente primera necesidad, aquí resultan inútiles. En la cosmogonía del cuadro se monta un paisaje de “desmontaje”. Mercancías de primera necesidad sustraídos de dicha cualidad. La cualidad de lo necesario.
Con la aceleración de los procesos industriales a partir del SXIX asistimos a un mundo lleno de mercancías. El lugar natural de exposición e intercambio de dichas mercancías es ese otro nuevo fenómeno material/cultural/social/h
Vayamos ahora a las fotografías de Atget, retratos también del extrañamiento de la mercancía en la metrópolis. Maniquíes exhibiendo ropa, pantalones y zapatos repetidos unos al lado de los otros, en solitario, sin personas observando lo ofrecido.
A través de sus fotografías, Atget también desmonta el círculo producción/mercancía/venta
Tanto De Chirico como Atget muestran el mundo material dado y exhibido en la metrópolis por fuera de su lógica. O, mejor dicho, desanudan un “otro mundo”, una “otra asociación”, asociación cuasi onírica, un fallo (forma de manifestación del inconciente). Esta es una de las tantas razones por las que de De Chirico y Atget fueron fuentes inspiradoras para los surrealistas de los años 20.
Ambos, el pintor y el fotógrafo, desmontaron lo que la razón veía como lógico y esa lógica no era otra lógica más que la lógica del capital.
Nota: a este texto le están faltando las referencias bibliográficas correspondientes. Las dos que están no tiene las páginas y demás. Lo haré en breve.
Laura Alonso