martes, 13 de noviembre de 2007

Marina Tsvetáieva

Te arrebataré a todas las tierras o cielos,
porque el bosque es mi cuna, y el bosque es mi sepulcro,
porque con un solo pie apenas piso la tierra,
porque sé cantar para ti como nadie sabe.

Te arrebataré a todos los tiempos y noches,
a todas las doradas banderas, a todas las espadas,
esconderé las llaves, echaré de la entrada a los perros,
porque en la noche invernal soy más fiel que un perro.

Te arrebataré a todas las demás y a aquella, la única,
no serás el prometido de nadie, no seré la esposa de nadie.
Y en la última contienda te quitaré -¡guarda silencio! -
a aquél con quien Jacob luchó en la noche.

Pero hasta que te quedes con los brazos en cruz sobre el pecho,
-¡maldición! - tú te has de quedar contigo.
Tus dos alas, dirigidas al éter,
¡porque el mundo es tu cuna, y el mundo es tu sepulcro!

1916