El azul relativo
De la noche ha saltado. Y yo le digo:
"Te cogeré, sabré de ti."
Y doy un salto
tras ello.
Nuestras sombras,
henchidas, plenas, exaltadas,
se enlazan o se esquivan,
pasando su quizás entre las rosas,
cojidas de facción por una estrella,
perdiéndose, ya a punto, con el agua.
"Sí, sí, eras tú", me dice.
Y al instante,
se olvida el tú en lo oscuro,
el tú que era, que iba a ser, que había sido,
el tú de ello, mío, nuestro;
el sí que, allá en el fondo
del gran jardín de nuestro olvido,
vive en el majico palacio,
con secreto fatal, de la memoria.
"¡Eres tú, fuiste tú!" le digo,
"y yo, ¿te fui, te soy?"
Un frío entre los dos nos elimina
el frío del no solo.
Y salto de la noche
a mi cobijo que era mi verdad,
la verdad del resigno y el conforme.
Y todo queda ante mi vista chico,
cerrado muro de azul yerto,
¡el azul relativo, el pobre azul,
plano, lo mismo, como ayer, como antes!
De la noche ha saltado. Y yo le digo:
"Te cogeré, sabré de ti."
Y doy un salto
tras ello.
Nuestras sombras,
henchidas, plenas, exaltadas,
se enlazan o se esquivan,
pasando su quizás entre las rosas,
cojidas de facción por una estrella,
perdiéndose, ya a punto, con el agua.
"Sí, sí, eras tú", me dice.
Y al instante,
se olvida el tú en lo oscuro,
el tú que era, que iba a ser, que había sido,
el tú de ello, mío, nuestro;
el sí que, allá en el fondo
del gran jardín de nuestro olvido,
vive en el majico palacio,
con secreto fatal, de la memoria.
"¡Eres tú, fuiste tú!" le digo,
"y yo, ¿te fui, te soy?"
Un frío entre los dos nos elimina
el frío del no solo.
Y salto de la noche
a mi cobijo que era mi verdad,
la verdad del resigno y el conforme.
Y todo queda ante mi vista chico,
cerrado muro de azul yerto,
¡el azul relativo, el pobre azul,
plano, lo mismo, como ayer, como antes!
De La estación total