domingo, 9 de marzo de 2008

El Evangelista
Cómo hay tanta paciencia en el mundo sólo me lo explico cuando veo cuanta muerte hay y cómo a menudo la vida misma tiene dentro de sí más muerte que vida, y sólo es vida para mantener impávida a esa muerte y evitar que vaya a reunirse con el resto.
Esa es la vida paciente, la que no arremete contra la muerte locamente, la que no quiere morir ni renacer, sino sólo esperar, esperar pacientemente, como la nada.